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Angel Carretero Olmedo

DESCANSAR BIEN

DESCANSAR BIEN

En algún momento he afirmado que mi familia por parte materna tiene fama de matar ellas a sus maridos y permanecer viudas durante muchos años. Por poner un ejemplo, el marido de mi abuela murió a los 44 y ella casi 57 años después, el 10 de diciembre del 2000. Por veinte días pudo haber vivido en tres siglos y dos milenios. Morir nunca me ha dado miedo. Lo que me preocupa ahora es no descansar bien después de mi muerte.

Ejemplos hay muchos: El 24 de Marzo del año 2009 un hombre se pone en contacto con la Guardia Civil de Güejar, un pueblo de Sierra Nevada (Granada), para informar que se ha encontrado en un río un cadáver. Se trataba de un señor de unos 60 años de edad, que debía llevar muerto unos 8 años, de una estatura de entre 1,55 y 1,60 metros, de aspecto mediterráneo y que en sus bolsillos tenia pesetas y escudos portugueses. Nadie denunció su desaparición y se sigue investigando. 

El 7 de noviembre de ese mismo año la prensa gaditana informaba de la muerte de un jerezano de 42 años en una pensión de Palma de Mallorca. Fue por causas naturales y su familia organizó el traslado de sus restos por vía aérea desde esa localidad al Aeropuerto de Jerez, contratando para ello los servicios de la compañía aérea Air Berlin. La sorpresa fue mayúscula cuando se enteraron que durante el traslado habían perdido al finado con ataúd y todo. Se debió retrasar el funeral cuarenta y ocho horas.

Por último, Crisanto López murió hace tres años y descansaba tranquilamente en el cementerio de la localidad coruñesa de Cee. Hasta que una disputa por su herencia hace que un juez ordene la apertura de su tumba para tomar una muestra de ADN. Había desaparecido con ataúd y todo, en su interior solo se encontraron restos de flores. ¿Donde estará este buen señor?.

He afirmado, algunas veces en serio y otras en broma, que cuando llegue mi hora me gustaría que me enteraran con un martillo y un bastón. Quienes han preguntado por mi ocurrencia han recibido la correspondiente explicación.

Hace unos meses me diagnosticaron adenema de próstata; y, desde ese día llevo el tratamiento a rajatabla. A primeros de noviembre, y después de acudir varias veces a los servicios de urgencia, me han informado de la existencia de una esfera de unos 2 centímetros de diámetro en la ingle izquierda, que me está originando algún que otro problema. Ya tengo realizada todos los análisis y el día 16 de diciembre recibiré los resultados.

Soy conocedor de que los problemas relacionados con la próstata tienen solución en el 95 por ciento de los casos. Pero, por si acaso alguien osa perturbar mi descanso cuando llegue mi hora, recordaros que he pedido que me entierren con un martillo y un bastón. Prometo hacer la vida imposible al gracioso de turno. Y, de paso a quienes se olviden de cumplir con mi última voluntad.

 

 

 

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